domingo, 23 de octubre de 2011

Narración: Victoria o Muerte de Volken (Iñaki Marrón Sánchez)





Orbita de Badab.


De las múltiples virtudes que tenía Volken, una era carisma y don de gentes, una faceta que le hacía atractivo a la mayoría de mortales, y que le dotaba de un liderazgo nato. Y era esa precisamente la que tendría que aprovechar al máximo para su nueva empresa.

El acorazado Espectro surcaba el espacio del Ojo del Terror en dirección a Badab, era una potente nave de guerra y la escoltaban dos destructores además de pequeñas barcazas de aprovisionamiento, un total de ocho naves. La XIII Compañía de la Legión Negra había sido reunida al completo.

Desde el puente de mando de la Espectro, Volken miraba la superficie roja y amarilla del planeta donde se encontraba su objetivo, el tirano de Badab Huron Blackheart. La pequeña flota de la Legión, surcaba la órbita del planeta lentamente seguida muy de cerca por la poderosa armada de los corsarios rojos. Si algo salía mal, Volken sabía que no duraría mucho el enfrentamiento pues no solo eran más del doble de naves enemigas, sino que además contaban con las poderosas defensas planetarias del puerto pirata del tirano. Allí, expectantes y pacientes se quedó la flota de la XIII.

- Mi señor, recibimos un mensaje desde el puerto de los corsarios - dijo tímidamente uno de los encargados de telecomunicaciones a la poderosa figura situada en el puente de mando.
Volkem lo miró y el soldado se quedo pétreo adorando la majestuosidad de su comandante. - qué dice - dijo con una voz grave y a la vez agradable.
- Que puede descender a la superficie -

Huron era una figura majestuosa, grande y fuerte, y con un aspecto terrorífico debido a los implantes que llevaba, todo esto se acentuaba más aun con su mascota Hamadrya y su armadura de combate con su terrible garra y su arma de energía. Pero aun observando en toda su grandeza y tamaño al Tirano, su figura se empequeñecía ante Volkem. Parecía un hombrecillo ante un astartes con servoarmadura, pero Black Heart no parecía mínimamente intimidado por la presencia del Príncipe Demonio.

- A qué has venido - Soltó directamente el Tirano.
Volkem lo miro con una pequeña sonrisa en su faz, en tono afable como sino le hubiese ofendido el tono de Huron.
- Necesito algo que tienes -
Una pequeña mueca de duda apareció en la mueca del tirano - ¿qué?- respondió secamente.
- Tu flota - Respondió el Señor de la XIII, en una clara provocación al líder de los Corsarios Rojos.
Huron recibió la contestación como un golpe en el estómago, se necesitaba una falta de sesos o de desprecio a la integridad de uno mismo para presentarse con un ejercito ante las puertas de su mundo, espetarle que quería lo más valioso para el que eran sus naves y quedarse tan tranquilo, como si la furia de Corazón Negro no fuese a estallar. Pero no era un vulgar contrabandista o el líder de un grupo pirata o uno de tantos capitanes renegados con grandes ínsulas, era el propio Señor de la XIII compañía de la Legión Negra del todopoderoso Abadon el Saqueador el que le estaba pidiendo, por decirlo de algún modo, aquello que era el poder y sustento del Tirano, sus naves.

Volkem observó la cara de Balckheart riéndose por dentro, pero no estaba allí para comenzar una guerra abierta contra el Tirano, sino para ganar un poderoso aliado, tras unos pocos segundos de tensión y antes de que la cosa fuese a peores, pues ya notaba la tensión muscular de Huron y los leves sonidos de bólters al empuñarse dispuestos en un momento a apuntar y disparar, decidió paliar la situación.

- Por supuesto no es una exigencia, sino una petición para la cobertura de nuestros intereses - Dijo tranquilamente el Señor de la XIII

- ¿qué intereses? – contesto altanero Huron

La paciencia ante la política o la venganza, era otra de las virtudes de Volkem pero el Tirano la había agotado, aunque la situación requería contención. Necesitaba esas naves, una confrontación llevaría a la destrucción de la flota de la XIII y una guerra que ahora no le interesaba, pero también tenía sus ases en la manga. Un farol era lo acertado.

- Mi querido Huron- Comenzó hablando Volkem haciendo que sus palabras fuesen un elixir en los oídos del Tirano. – Tienes la flota más poderosa del Torberllino y además eres el mejor almirante – Aunque apenas imperceptible, el ego de Uron se manifestó en una pequeñísima mueca que Volkem captó al momento – podrías destruir a mi pequeña armada tras una breve contienda pero has de saber… - Aquí el tono de Volkem cambió radicalmente, volviéndose más agresivo y duro - … que antes de que des la orden siquiera de atacar, todo el arsenal de mi acorazado caerá sobre tu montaña, y tus emplazamientos de vehículos y arsenales que cuidadosamente descubrieron durante meses mis infiltradores, después, trescientos legionarios, bajarán a este puto mundo y lo arrasaran hasta sus cimientos y yo personalmente te arrancaré tu pétreo corazón y me lo comeré antes de que pierdas la vida, pero por si todavía algo fallase y finalmente tu mundo no cayese tras todo esto, el resto de la Legión Negra estará detrás de mi, y el todopoderoso Abadon en persona consumirá tu insignificante mundo con los fuegos de la guerra. Eso a menos que me hables con respeto, y entiendas que te tiendo la mano como poderoso aliado y no te impongo nada todavía como terrible enemigo.


Huron digirió durante unos segundos la breve y real amenaza que le acababan de soltar a la cara y barajó las posibilidades que no eran muy halagüeñas. Una pequeña sonrisa si se le podía llamar así, se dibujó en su duro rostro mientras observaba al poderoso Señor de la XIII.

- Muy bien, qué es lo que propones- Concluyó Huron.

Volkem cambió de nuevo su rostro infernal a una cara más amable y amistosa sonriendo.

- Necesitamos que nos ayudes con tu poderosa flota y con algunos guerreros, partimos hacia Epsilon 13-22 y sabemos que los Ultramarines están fuertemente pertrechados y un poco de ayuda no nos vendría mal. – Todo el botín del saqueo te lo puedes quedar, solo nos interesa el planeta en sí, además de contar con mi gratitud - Concluyó Volkem mirando fijamente a BlackHeart a los ojos.


Huron asimiló durante casi un eterno minuto todas las posibilidades. Negarse sería un enfrentamiento a las puertas de su casa. Aceptar y luego traicionarles sería una terrible ofensa de cara a la Legión Negra y su poderoso Señor Abadon. Aceptar implicaría un golpe con amplias posibilidades de victoria y de botín puesto que sumando sus fuerzas a la XIII compañía contarían con amplias posibilidades de acabar con el enemigo fácilmente y recoger los frutos de la matanza.


- ¿Cuándo partimos? – Preguntó Uron como sino se inmutase.

- Ya – Dijo Volkem con su potente voz del inframundo mientras se daba la vuelta hacia sus escoltas con grandes carcajadas, que resonaban en todo el salón del tirano.


Un escolta se acercó a Volkem mientras abandonaban el gran salón del Tirano. – lo saben los bastardos de Guiliam- le dijo en voz baja al todopoderoso comandante.

- Pues golpearemos lo antes posible- Respondió despectivamente el Señor de la XIII.



Epsilon 13 – 22


- ¿Han podido capturar alguno de los enemigos?- Preguntó el bibliotecario.

- Los que no murieron, se han suicidado – Respondió el sargento de exploradores.


Varro Tigurius asintió con gravedad. Nada, eso sabían. Un pequeño grupo de infiltrados llevaba meses en el planeta junto a los Ultramarines, espiándoles. Un escuadrón de exploradores los había descubierto y posteriormente les dieron caza para capturarles y exprimirles la información que tenían. Pero los duros marines del caos, no lo habían puesto fácil. Combatieron contra la escuadra de exploradores y los refuerzos de motoristas Ultramarines, y antes de caer el último en manos de los hijos de Guiliam, activo una cápsula concentrada de venenos que lo mató a los pocos segundos, mientras gritaba - ¡Gloria al Caos!-


Tigurius se quedo mirando el cadáver del marine. – Elegidos de la Legión Negra – Murmuro. Observó los glifos de su hombrera y pudo ver el XIII como distintivo de su compañía. La cara del bibliotecario tornó tensa y sombría. Ya había luchado contra la compañía hacía casi doscientos años, pero aún recordaba la brutal batalla que casi le costó la vida, y máxime aún recordaba a su terrible comandante, la bestia infernal al que llamaban Volkem.

El bibliotecario se agacho y toco la negra armadura del marine, mientras cerraba los ojos y un halo de luz comenzó a irradiar de su cuerpo. Percepciones de la historia de aquel guerrero abatido empezaron a llegar, escrutó en el pasado viendo visiones, vio al guerrero viajar en una pequeña nave comercial junto a sus camaradas, lo vio descendiendo a la superficie del planeta, viendo lo que excavaban los Ultramarines, viendo lo que defendían en ese planeta, rebuscó más en su pasado unas ordenes unas directrices, lo vio, el señor de la XIII, quería Epsilon o más bien lo que había en Epsilon, de repente le miró, sintió como la mirada de Volkem le traspasaba con su furia perforándole el corazón, - Moriréis- le dijo. Tigurius salió del trance sobrecogido y respirando sofocosamente. – Llama al capitán – Le ordenó al sargento de exploradores.


- Resistiremos – dijo el capitán Edus seguro de si mismo.

- Capitán – Dijo el bibliotecario como queriendo hacerle entrar en razón – No es cuestión de nuestra determinación en resistir, sino de contra quienes nos enfrentamos. Lo saben, saben que hemos descubierto el antiguo portal de araña, saben que lo defendemos, cuántos somos y que armas disponemos para hacerlo. Llevan aquí desde antes que llegásemos, predijeron que vendríamos a descubrirlo por ellos y nos estaban esperando. Nos han visto trabajar excavando y desenterrando el artefacto xenos, estudiarlo, y posiblemente sabrán usarlo llegado el momento. La ventaja de moverse de punto a punto del espacio, podría permitirles asestar golpes quirúrgicos en el imperio e incluso en la misma Terra. Tenemos que asegurarnos de aguantar y vencer, no solo de resistir como héroes y no podemos hacerlo solos capitán.

Edus asintió con gravedad. La Inquisición sabía que algo importante había en ese planeta, y por eso le había encargado al Señor del Capítulo Maegnus Calgar que fuesen los Ultramarines a Epsilon. Maegnus había puesto en su mano tres compañías del capítulo bajo su mando, una terrible responsabilidad. 300 marines de elite para que custodiase y permitiese que el capítulo cumpliese el encargo de la Inquisición. Todo bajo la supervisión del gran Tigurius, y por eso se había confiado.


- Trataremos de conseguir refuerzos bibliotecario – afirmó el capitán.

- Ultramar está muy lejos amigo, y no tenemos opciones de que el puesto de mando de la Guardia más cercano nos ayude, menos aún sin levantar sospechas de lo que ahí aquí- respondió Varro Tigurius con tono serio.

Edus se quedó pensando durante unos momentos. Dubitativo. Tenía que haber algo que pudiesen hacer. – El Segmentus Solar estaba relativamente cerca, y estaba bajo al influencia de los hijos de Dorn. Sabía que era una posibilidad que estos recibiesen un mensaje de auxilio y acudiesen en su ayuda. No había tiempo que perder. Resistirían hasta que los puños llegasen, o lo harían hasta el final sin su ayuda.

- Sargento, ordena a la base que manden el siguiente mensaje; los hijos de Guiliam aguardan la tormenta, ¿quién está dispuesto a aguardarla con ellos? – Dijo Edus con tono solemne.

El sargento se cuadró, salió corriendo y montó en el Land Speeder a toda velocidad hacia el centro de mando.


- Tendremos un par de días con suerte, hemos calculado – Dijo Edus.

- Suficiente - añadió Lysander - Prepararemos las defensas contra el enemigo. Resistiremos hasta la muerte o la victoria. Que las flotas se refugien en el satélite de Epsilon a la espera de la llegada de los enemigos. Lucharemos en tierra y en el espacio.

Edus dibujó una sonrisa en su duro rostro. – Es una suerte tener a nuestros hermanos los puños imperiales de nuestro lado –

- La suerte es combatir junto a los Ultrmarines, y que estuviésemos a tan solo una semana por el inmaterium cerca de Epsilon. El Emperador protege hermano y su divina providencia nos situó en el lugar y momento adecuados para recibir el mensaje.

- Por el Emperador – Dijo Edus.

- ¡Por el Emperador! – Respondió Lysander, a gritos hacia la explanada donde se encontraban los atareados marines.

- ¡Por el Emperador! – Respondieron 600 marines a voz en grito.

jueves, 6 de octubre de 2011

Valoración: Prospero en llamas





Hace un par de días termine con esta segunda parte de lo acontecido en el planeta de los Mil Hijos.

El libro nos presenta un poco Fenris, y el funcionamiento de la Legión, que hace el trabajo sucio sin cuestionarse nada. A nivel personal, me he preguntado cuál es la diferencia de los salvejes Lobos con respecto a su hermanos los Devoradores de Mundos, y creo que es el deber. Mientras la lealtad de los lobos es incuestionable al igual que su obediencia a los edictos del emperador y el castigo salvaje a todos los que se oponen a ellos, los devoradores se guían en si, por el mero hecho de destruir, cuando aparece alguien cuya única petición es esa, como es Khorne es claro que se dejen guiar solo por la violencia y no por el deber.

Dicho esto y sin ánimo de ofender a ningún jugador de lobos, no me convence su historia. Nos presentan a la legión como los perfectos cumplidores del deber, pero en realidad son unos rencorosos, hipócritas y envidiosos que no dudan en hacer lo que sea para destruir a los mil hijos, por algo que ellos practican como la magia o los poderes psiquicos.

Alguien dirá que eso no es así, y que solo se ajustan a su deber y a lo que aconteció en Nikea, pero en realidad ellos ya estaban esperando la caida de Próspero, solo necesitaban una escusa para destruir a sus hermanos, y el hecho de que Magnus cruce el inmaterium para salvar al Imperio, no parece justificación alguna para perdonar su ofensa.


Por otro lado nos lo presentan como una Legión muy disciplinida y la más poderosa, el perfecto verdugo de Legiones, pero sin quitar verdad a eso, no olvidemos que su asalto a Prospero se basa en varios factores como que cuentan con los anti-psiquicos que son las hermanas, parte de la guardia custodia, y la no defensa por parte de los mil hijos en el principio de la batalla, con las baterías defensivas apagadas, asi como la flota desaparecida, y la clara claudicación de los Mil Hijos hasta que Arniman coje el relevo y organiza la resistencia cuando ya está todo perdido, en un combate tu a tu, habría que ver si los lobos serían tan imparables.

Igualmente aunque la mano o el ojo de Horus está detrás de todo esto, cabe preguntarle al Emperador una vez más -padre porque me has abandonado- esta vez por boca de Magnus, que a mi juicio junto a Lorgar son los primarcas más humanistas, que pretenden conducir a la humanidad un paso más allá, unos en el campo de la percepción psiquica y los otros en el amor divino y protector del Emperador.

Dicho todo esto, a mi juicio es un libro totalmente prescindible. LLevamos 15 libracos y no pasamos de Istvan V. Está bien entrar en detalles, pero me parece más que pasa como con muchas series de exito, que los guionistas no paran de producir capitulos porque estos se venden. A mi juicio, habiendo sacando Los mil hijos, con un capítulo para los lobos (para explicar un poco su versión) había sido más que suficiente. Quien quiera saber sobre los hijos de Fenris, que se lea los libros de Ragnar.



Un saludo a Todos.

Mantenemos este post por ser nuestro objetivo informar y compartir cualquier información de la Herejía de Horus y todo su universo. Además os remitimos al post de la herejía para que sigáis los cambios.

http://rememoradores.blogspot.com.es/2015/01/el-post-definitivo-de-la-herejia-de.html



domingo, 2 de octubre de 2011

Experiencias: Torneo Quimera 1-10-2011, 5ªEd.w40k

Este pasado sábado como bien os anunciamos, era el torneo mensual de 40k en Quimera al cual asistimos Angel y yo, porque lamentablemente Edu no pudo ir.

Por mi parte os relato brevemente lo que aconteció y mis conclusiones de las partidas como del torneo.

La lista que llevé fué la siguiente:
CG
Principe tzench con alas, aliento y distorsión
Principe latiguero con alas
Linea
10 Marines del caos, 2 fusioes, paladin puñero con combifusion, rhino e icono.
10 Marines del caos, 2 fusioes, paladin puñero con combifusion, rhino e icono.
8 Berserkers con paladín puñero y rhino.
7 Plagosos con 2 plasmas, paladín puñero.
Ap
1 Profanador con cañón segador y brazo adicional.
1 Profanador con cañón segador y brazo adicional.
5 Aniquiladores con 3 cañones automáticos.


1º Partida. Mec vs Eldar oscuros, capturar base enemiga, despliegue por cuadrantes.
Nunca había jugado contra los nuevos eldar oscuros y la verdad es un ejército a tener muy encuenta, arriesgue un poco al principio de la partida (arrebaté la iniciativa) y lo pague caro. Trate de acercarme a sus infernales con el baron para cargar con los dos principes, pero el látigo se me quedó corto y no pude más que retirarlos pero para entonces era tarde ya y los demonios estaban expuestos a la saturación que les iba a destrozar posteriormente. Continuó la partida, disparando y aguantando a distancia con los profanadores luchando contra sus filoplumas y resistiendo como pude. Pero la maniobravilidad del ejercito enemigo y su gran potencia de disparo tanto en lanzas, blaster como cañones cristalinos, sentenció el asunto a su favor. Finalmente, derrota para el caos.



2ª Partida. Mec vs Marines leales, capturar objetivos, despliegue choque de patrullas.
Casualidades, nos enfrentamos Angel y yo. Esta vez desplegué al latiguero desde el principio, y desde el principio ya empezó a hacer de las suyas, acercando exploradores asaltatándoles, en fin. La partida se tornó en la perdida de sus unidades que puntuaban y su incapacidad en anularme los puntos, resultado victoria para el caos.



3ª Partida. Mec vs Caballeros grises. Misión, aniquilación despliegue batalla campal.
Otro ejercito contra el que no me había enfrentado. Un rival muy majete llamado Carlos, y una partida entretenida marcada por los unos y los doses en los dados, tanto de uno como de otro. Mis tropas resistieron bien y desmostraros ser duros rivales para la élite del emperador. Mi principe de tzench tuvo un cameo contra su gran maestre y su escudra purificadora, a la que terminó derrotando (bien es cierto que los había ablandado un poco con el profanador). Mis plagosos aguantaron a una unidad de 5 termis, y acabaron con ellos en un asalto final por el demonio de slanesh. Su servoterror también cayo victima de un asalto conjunto de 3 berserkers, el latiguero y 10 mec. Intenté hacer una última bravuconada acercando a los demonios, pero lo pague caro porque perdí el latiguero ante la saturación de su escuadra de choque. Resultado, empate 7 a 7.



Mis conclusiones:
El principe de tzench, parece prometer mucho en un principio, pero te das cuenta que aguanta poco más que uno normal y además es tácticamente muy limitado, en comparación, el latiguero es mucho mejor aunque sea un poco más flojo en combate.
Aunque es difícil, hay que conocer un poco el funcionamiento de los ejercitos, más que nada para no jugar a ciegas contra ellos. Eso es práctica y tiempo.
Aunque como siempre, en general mi experiencia es muy positiva tanto por divertimento como por aprendizaje, hay que ser un poco más metódico y no truquer pero si cuidadoso, sobretodo con que ve, que llega..... cosas por el estilo que pueden sentenciar una partida.

Como comentario final, me concedieron el tercer premio al mejor ejercito pintado y personalizado.